6 Buenos Hábitos Espirituales para una Vida Excepcional

por Martijn
6 Good Spiritual Habits for an Exceptional Life

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Cuando se piensa en buenos hábitos espirituales, es muy fácil perderse en cosas que están más relacionadas con el desarrollo personal que con otra cosa. Pueden ser fantásticos, pero he llegado a ver en mi camino espiritual de más de 12 años que los hábitos espirituales van mucho más allá. Los verdaderos hábitos espirituales siempre te llevarán a la paz interior.

Los buenos hábitos espirituales son hábitos que de una manera u otra siempre te dirigen en dirección a la paz interior. Con el tiempo, pueden ayudarte a inducir un estado mental que puede facilitar tu iluminación, que es el objetivo espiritual primordial de todos los seres vivos. Estudiándome a mí mismo y a un sinfín de personas que atraviesan sus emprendimientos espirituales, he identificado los 6 buenos hábitos espirituales más comunes que definitivamente deberías intentar adoptar para ti mismo si quieres impulsar tu crecimiento espiritual.

Estos 6 buenos hábitos espirituales tienen el poder de cambiar tu vida por sí solos. Sólo imagina lo que harán por ti si logras adoptarlos por ti mismo, y hacerlos parte de tu vida. Los beneficios para ti y para las personas que te rodean son infinitos.

¿Qué son los buenos hábitos espirituales?

Los buenos hábitos espirituales no se limitan a los mencionados en este episodio. En última instancia, cualquier cosa puede ser un hábito espiritual, ya que depende del estado mental en el que te encuentres cuando lleves a cabo esa rutina concreta que has hecho tuya.

Sin embargo, debería ser bastante fácil entender que cualquier cosa que perturbe tu mente y te aleje de tu paz y calma innatas no suele ser un buen hábito espiritual. Por lo tanto, es mucho más común ver que la mayoría de la gente percibe los hábitos como buenos hábitos espirituales cuando obligan a su mente a ir hacia adentro. Así puedes encontrar la tranquilidad, la paz y la estabilidad que llevas dentro.

Recuerda que tienes la capacidad de encontrar el estado mental requerido para implementar todos estos hábitos en tu vida muy fácilmente. Pero para que puedas aplicarlos con constancia, primero debes tener la voluntad inquebrantable de vivir una vida más espiritual.

Cuida de tu bienestar

El primer buen hábito espiritual que debes adoptar es cuidar de tu bienestar. Es simplemente de sentido común, si tienes un cuerpo y una mente sanos será mucho más fácil que no te perturben las circunstancias externas.

Cualquier tipo de ejercicio físico es estupendo para hacer fluir la sangre, y si añades una dieta saludable estás creando un entorno para ti en el que tu verdadero Ser espiritual tiene la oportunidad de brillar en todo lo que haces a lo largo del día.

Si a esto le añades un entorno cómodo y una mente tranquila, fuerte y sana, te prepararás para un tremendo crecimiento espiritual dentro de no mucho tiempo.

Estar abierto a la inspiración

Una vez que estés cuidando tu bienestar de forma consistente, podrás abrirte conscientemente al segundo buen hábito espiritual, que es estar abierto a la inspiración.

Verás, lo que realmente eres es Espíritu. Cuando te sientes inspirado, significa que estás en el Espíritu, en conexión con el Espíritu, en conexión con quién y qué eres en el núcleo de tu ser. Para vivir una vida excepcional, llena de propósito y significado, necesitas estar en contacto con tu Espíritu. Y la única manera de hacerlo es estar en silencio, separarte de tus circunstancias externas y dejarte inspirar.

Confía en que obtendrás esa inspiración porque ya está ahí dentro de ti.

Crea espacio en tu mente

Es mucho más fácil conseguir y estar inspirado cuando tu mente está tranquila y cuando eres capaz de utilizar el tercer buen hábito espiritual, crear espacio en tu mente. Cuanto más espacio haya en tu mente, más inspirado te sentirás porque el mundo exterior pierde su control sobre ti.

Cuando vives una vida inspirada, vives una vida proactiva, creando desde dentro, desde la conexión profunda con tu Ser y tus deseos internos. En lugar de una vida reactiva, contrarrestando cada situación externa que se te presenta y dejando que tu paz interior se rija por esas circunstancias.

Practica la gratitud

Una vez que estés viviendo esa vida inspirada es el momento del cuarto buen hábito espiritual, practicar la gratitud. Dado que ahora sabes que la fuerza vital creativa que te permite vivir en el Espíritu proviene de tu interior, debería quedarte claro que la práctica de la gratitud también está dirigida a nivel interno.

No estás agradecido por las cosas, las personas o las situaciones. Estás agradecido por la oportunidad que te brindan de ver cómo estas cosas, personas y situaciones están afectando a tu mente y a tu paz interior. Si tu paz interior no se ve perturbada por tus circunstancias externas, estás viviendo una vida verdaderamente espiritual.

Sé compasivo

Cuando has aprendido a ser agradecido de forma espiritual, tienes la oportunidad de ser genuinamente compasivo, sin una agenda personal oculta.

Ahora, incluso cuando, a primera vista, alguien no merece tu compasión porque quizás no te trató bien, ahora estás agradecido por la oportunidad de verte a ti mismo a través de esa otra persona. Y también puedes ver a la otra persona por lo que es. Ves a través de sus defectos y sientes verdadera compasión porque reconoces que está en el mismo camino que tú.

Trata a los demás como quieres que te traten a ti

Y cuando finalmente te veas a ti mismo por lo que eres, y veas a los demás por lo que son, podrás tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Al principio, podrías pensar que esto no es un hábito espiritual, pero cuando lo miras desde la perspectiva inspirada del Espíritu, llegas a comprender que empiezas a tratar a todo el mundo por lo que realmente es, y no por lo que pueda haberte hecho en algún momento de la vida.

Tratas bien a los demás, no porque se lo hayan ganado a través de interacciones en tu mundo externo, sino porque reconoces quiénes son en su interior. Y que al final todos somos iguales.

Estos 6 buenos hábitos espirituales me han permitido vivir una vida mucho más plena y extraordinaria y espero que puedan servirte a ti también. Para que tú también puedas empezar a vivir esa vida excepcional que te mereces.

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