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Han pasado unas semanas desde que publiqué un episodio. Realmente tenía la intención de publicar mucho antes, pero he estado trabajando en algunas otras cosas que lo hicieron un poco más complicado. El contenido que creo realmente debe venir del corazón, de lo contrario, simplemente no soy capaz de crear. Y, aunque tengo varios temas pendientes. Tenía que abordar otra cosa primero, pero no sabía cómo hacerlo. Y ahora, después de 3 semanas sin publicar nada, sentí que necesitaba sentarme y escribir.
Verás, a medida que el canal va ganando tracción y cada vez más gente se suscribe y ve vídeos, tanto en el canal en español como en el canal en inglés, también aumenta el número de sesiones de coaching. Además, cada vez recibo más mensajes en mi bandeja de entrada de suscriptores y lectores, leo los comentarios de los vídeos. Y una cosa me está quedando muy clara: el mundo entero está sufriendo y el sufrimiento humano es mayor que nunca.
Falta de Autoconsciencia y una Mente Intoxicada
La gente está desesperada. La sociedad moderna ha creado una enfermedad mental oculta. La combinación de una falta de autoconsciencia y una intoxicación extrema por las redes sociales y los medios de comunicación normales ha creado un ser humano completamente centrado en las circunstancias externas. Incluso cuando las personas parecen estar en un supuesto camino espiritual, el condicionamiento externo es tremendo y las comunidades espirituales también están infectadas por él.
¿Cuándo fue la última vez que realmente te tomaste tiempo para sentir? ¿Para sentirte a ti mismo?
Sólo para sentirte a ti mismo. Sin móviles, sin fotos, sin comparaciones, sin referencias, sólo tú y tus sentimientos.
A la mayoría de vosotros os lleva bastante tiempo sentir más allá de los miles de pensamientos e impresiones que el mundo exterior ha impuesto en vuestro cerebro. Pero una vez que lo consigues, rompes a llorar al instante.
La presión, las expectativas, las exigencias poco realistas, la propaganda confusa… ¿qué otra cosa esperas que ocurra?
En lugar de mirar hacia dentro, te miras a ti mismo. Y al mirarte a ti mismo pierdes la oportunidad de crecer de verdad. Porque no te ves tal y como eres. Sólo ves lo que crees ser después de que el mundo exterior haya dejado su desconcertante impresión en ti. De este modo, no sólo no te ves a ti mismo, sino que además estás cegado para ver tu entorno externo tal y como es en realidad.
El Egocentrismo ha Creado un Mundo Desconectado
Pero cuando empiezas a sentir desde dentro, todo eso se desvanece. Te vuelves menos importante pero más bello al mismo tiempo. Menos visible pero más seguro de ti mismo, menos influenciado y más auténtico, menos egocéntrico y más compasivo. Has estado tan centrado en ti mismo. ¿Qué tengo que hacer para lograr esto, para conseguir aquello, para sentirme así…? Persiguiendo cosas que no aportan nada más que falsas soluciones.
Simplemente siente. Siente de verdad. No sientas cómo eres, quién eres, qué eres o dónde estás, sólo siente que eres.
El mundo está enfermo y está causado por el egocentrismo. Es hora de dejar ir la importancia de ti. Es irónico, has estado trabajando tan duro para tratar de encontrarte a ti mismo. Y sólo cuando te sueltes de la identidad que te has creado podrás encontrarte a ti mismo. Y una vez que lo haces, llegas a comprender que no eres tan importante. No te necesitas tanto como crees.
Encontrar un Propósito en el Mundo
Pero hay un mundo ahí fuera que sí te necesita. Abre los ojos. Y ve que el mundo está pidiendo ayuda. Tú puedes ser esa persona con el teléfono en el bolsillo y una sonrisa en la cara. Esa sonrisa que tiene el potencial de salvar una vida. Una mano tendida para ayudar a alguien a cruzar la calle. Un genuino “¿Cómo estás, estás bien?”. Un abrazo sincero en un mundo falso donde la gente corriente posa como una especie de superestrella, sedienta de atención. La atención que se han privado de dar a su verdadero Ser.
Levanta la vista y no te limites a mirar, ve. No te limites a oír, escucha. No te limites a hablar, mantén una conversación.
Muchas personas me dicen que están perdidas en la vida, que han perdido la motivación y que no conocen su propósito. Pero, sinceramente, no es tan difícil encontrarle sentido a la vida.
Nos encontramos a nosotros mismos buscando en nuestro interior, en el silencio y la profundidad de nuestro ser. Pero el sentido de cualquier cosa en la vida, como la vida misma también, lo damos nosotros. Y para encontrar un propósito estamos tan absorbidos por nosotros mismos, tan obsesionados por ser independientes y fuertes, por ser valorados y respetados por los demás. Y al intentar conseguir todo eso, nos faltamos al respeto a nosotros mismos.
Encontrar sentido a la vida es muy fácil. Sólo tienes que mirar a tu alrededor, y olvidarte de tu propio sufrimiento, no es quién eres, no es lo que eres, y no forma parte de ti. Mira a tu alrededor y observa lo perdida y desesperada que está la gente. Te necesitan.
En algún momento, la vida sólo tiene verdadero sentido cuando encuentras sentido en los demás. Verás, todos estamos conectados. Todos somos un pedacito de una unidad, una singularidad, somos uno en Espíritu. Comprender esto hace que sea mucho más fácil entender que buscar nuestra felicidad y paz individuales nunca nos satisfará de verdad. Tal vez durante un tiempo, tal vez incluso durante toda la vida. Pero en el fondo, el verdadero sentido y la satisfacción sólo pueden encontrarse cuando se comparten. Somos Uno. No compartir con los demás es privarnos de tenerlo todo y experimentarlo todo nosotros mismos.
Y lo entiendo, no todo el mundo tiene suficientes conocimientos o habilidades en algo para poder compartirlo con el mundo. Pero todo el mundo tiene amor. Tienes una hermosa sonrisa, tienes hermosas palabras de aliento, una palmada de apoyo en la espalda y un abrazo reconfortante para alguien que lo necesita. Tenemos tanto miedo de dar, tanto miedo de compartir, de demostrar, de destacar, de ser auténticos, de amar… tanto miedo. Miedo a que nos hagan daño por el motivo que sea.
Y todo lo que hacemos es herirnos a nosotros mismos.
Tú Puedes Ayudar a Dar Forma al Mundo
Son las personas auténticas las que dan forma a este mundo, las que son admiradas, valoradas y respetadas. Y sin embargo, el mundo está lleno de gente que intenta copiar a los que son originales, a los que son ellos mismos.
Así que, para todos los que estáis ahí fuera sufriendo, dolidos, confusos, desesperados, enfadados o tristes… cambiad de perspectiva. Dejad de esperar que el mundo o el universo os deban algo, dejad de miraros a vosotros mismos y a cómo actuar y reaccionar en el mundo exterior para que os proporcione lo que deseáis, lo que creéis que os hará felices. Porque no será así.
Sumérgete en tu interior. Asume la responsabilidad de quién eres y dónde estás en la vida. Sé dueño de quién eres, allana tu propio camino y comprende que sólo cuando compartas tu camino con el mundo tendrás la oportunidad de ser verdaderamente feliz y sentir paz interior en todo momento, independientemente de las circunstancias.
Hay innumerables maneras de empezar a compartir tu auténtico yo con el mundo que te rodea. Hablaré de ello en otro episodio. Por ahora, te animo a que empieces con una sonrisa y verás cómo se multiplica una y otra y otra vez.
Si estás luchando en la vida, no sabes cómo dejar de mirarte a ti mismo, y en su lugar empezar a mirar dentro de ti para descubrir tu auténtico yo y despertar tu motivación interior y la inspiración, puedo ayudarte con eso. Juntos podemos ponerte en marcha y me encanta recorrer este camino al lado de personas como tú y ver cómo floreces y cambias de perspectiva en poco tiempo. Puedes encontrar más información sobre las diferentes opciones en mi página web y, por supuesto, encontrarás el enlace en la descripción.
Ahora, ve a compartir tu sonrisa con el mundo. El mundo te necesita.
